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Gin Basaru jamas creyo que terminaria en un pueblo tan pacifico como Koono. Él llego a la isla Tengoku en busca del legendario tesoro perdido que, segun cuenta la leyenda, fue oculto en el corazón de la isla, y cuyos tesoros son tan valiosos que el hombre que los tuviera podria poseer el mundo. Se dice que el único pirata que logro juntarlos, murio minutos despues, asesinado por su mano derecha quien, a su vez, murio a manos de uno de los tripulantes que les acompañaban; quien murio por envenenamiento minutos despues de haberse comido una fruta de la selva que rodea a la isla Tengoku.
Basaru, aun era joven cuando se aventuro en la isla acompañado unicamente por su perico Ñar y dos de sus hombres mas leales, a quienes vio morir mientras se integraban en aquella frondosa maleza. Tras varios dias que parecieron meses, al fin dio con el tesoro, y mientras lo desenterraba con sus propias manos un grupo de índigenas de la región lo tomo prisionero para llevarlo con su líder.

El lider de la tribu resulto ser una mujer cuya belleza cautivo de inmediato a Basaru. La mujer resulto ser una shaman que se conservaba bella y joven gracias a una extraña habilidad que poseia y por la cual habia entregado a sus 3 hijos. Basaru y la mujer se hicieron amantes durante muchos meses, hasta que Basaru se aburrio de estar en tierra y decidio que queria regresar al mar. La mujer se negó al principio, pero Basaru le aseguro que volveria. Tomo unos bienes del tesoro e incapaz de llevarlo todo (era demasiado) se emprendio en un viaje alrededor del mundo.

Viajo, y viajo y viajo, gastando su oro en ron y mujeres. Y olvido por completo la promesa de volver con la mujer shaman. No fue sino hasta que el oro escaseo que se acordo de aquella isla donde habia dejado el resto del oro. Regreso en busca del tesoro y lo hallo facilmente, sin contratiempos y sin ningun problema. Pero justo cuando estaba por volver a su barco con un saco repleto de monedas de oro, zafiros y rubies; fue tomado nuevamente preso por unos indigenas y llevados ante el jefe de la tribu. Esta vez no se encontro con una mujer hermosa. La mujer frente a sus ojos era vieja y tenia los ojos negros como si no tuviera alma. Basaru no la reconocio al principio, y tuvieron que pasar tres dias antes de que siquiera recordara su nombre. Pero cuando lo hizo, la shaman desato su furia contra él por haberla dejado esperando tanto tiempo y haberse olvidado de ella. De castigo, lo maldijo quitandole lo que el más queria: la aventura en altamar.

Lo condeno a vivir por siempre en la tierra, pero no en su tierra, sino en la tierra de los hombres, en el puerto mas cercano: Koono. Y para asegurar su eterna condena, le dio la facultad de vivir por siempre y la necesidad de alimentarse, cuando menos una vez cada 60 años, de otro hombre, para que asi comprendiera el dolor que ella sintio ante su partida.

Así fue como Basaru termino viviendo en la isla de Koono, donde una joven mujer se apiado de el y lo tuvo en su casa durante meses hasta que este se hubo recuperado. Para entonces, la vieja prision habia pasado de ser un centro de rehabilitación a un centro de aprendizaje, pero le faltaba disciplina y convicción. La mujer sugirio a Basaru como director, y aunque al principio la gente de Koono no se fiaba, accedieron pues confiaban en el buen juicio de la mujer. No se arrepintieron.

Basaru, tras 278 años, continua siendo el director de Henjin-no-Gakko; aun vive en la casa de la mujer que lo cuido (aunque ella ya no se encuentra ahi); sigue visitando el mismo bar todas las tardes; aun busca la manera de regresar a Isla Tengoku e ir con la mujer shaman para revertir la condena que atormenta su vida.